Ajo
- Marisa
- 15 sept 2020
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Allium sativum, el ajo, pariente del puerro, el cebollín (ciboulette) y la cebolla.
Se la atribuyen muchas y muy buenas propiedades, anticoagulante, antihipertensivo, vermífugo. Además es un repelente natural, para ciertos insectos que atacan a la plantas, orugas, ácaros, pulgones y mariposa blanca.
En gastronomía, se utiliza por su sabor característico en muchos platos, sopas, carnes, tartas panes, etc. Junto al perejil es el condimento clásico para las milanesas.
Su cultivo es muy antiguo se remonta a Grecia, Roma, la India y Asia.
Es un bulbo "cabeza", que puede tener entre 6 y 12 dientes de ajo separados, envueltos con una capa externa blaca o rojiza. Cada uno de ellos generará una nueva planta y por lo tanto una nueva cabeza.
Para la siembra, directa, se eligen los ajos grandes que están ubicados más afuera en la cabeza.
Prefiere los climas fríos, sueltos, ricos en materia orgánica y bien drenados.
Se siembran a fines de otoño, cuando comienzan a brotar. Resisten muy bien el invierno.
No presentan mayores requerimientos. Sólo mantener despejado de malezas el cantero.
Se pueden asociar con lechuga, escarola y acelga.
Se cosechan a fines del verano cuando la planta comienza a secarse. Con las hojas se va realizando una trenza, lo que comúnmente llamamos ristra de ajos, que se cuelgan en un lugar ventilado para que se seque la capa externa e ir sacando los bulbos a medida que se necesitan.

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