top of page

Zanahoria

  • Marisa
  • 4 oct 2020
  • 1 Min. de lectura

Daucus carota, subespecie sativus, la zanahoria es nativa de Europa, Asia y norte de África, aunque hay parientes silvestres en América.

Uno de los cultivos más interesantes para cultivar en un huerto familiar orgánico, por la diferencia en el sabor y el valor nutritivo que logra, con respecto a las de origen comercial.

Su color naranja obedece al alto contenido de carotenos, entre ellos el beta-caroteno o pro-vitamina A. Un compuesto antioxidante protector de la piel de las radiaciones solares, y mejorador de la visión, ya que el nervio óptico se nutre de esta vitamina.

Además tiene vitamina E, vitaminas del grupo B, y minerales como potasio, fósforo, magnesio, yodo y calcio.

Su cultivo es muy sencillo y da muchas gratificaciones. Es bastante tolerante a distintas temperaturas por ello se la cultiva tanto en climas cálidos como fríos.

Su semilla es pequeña, es mejor sembrarla en línea y distanciadas entre sí para favorecer su desarrollo. Se realiza siembra directa ya que por ser una raíz, no tolera el trasplante.

El suelo debe ser suelto, profundo y rico en materia orgánica.

Se puede asociar con rabanitos, lechuga, puerros, porotos, cebollas y repollos.

Tarda en germinar y al principio es lento su crecimiento. Sin embargo haciendo siembras escalonadas, se puede contar con zanahorias todo el año. Durante el invierno, si bien su crecimiento es leve, no se deteriora por las bajas temperaturas y puede quedar en el cantero hasta su consumo.

Es bianual, durante el primer año acumula reservas en la raíz y en el segundo año florece y semilla.

Es ampliamente utilizada en gastronomía tanto cruda como cocida, sola o combinada, en platos salados o dulces.


Entradas recientes

Ver todo

Comentarios


bottom of page